martes, 30 de enero de 2018

MOCAK – VISITA AL MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE CRACOVIA

Siempre que visito un museo de arte contemporáneo sé que voy a disfrutar de algo inesperado. Y es que el nombre engloba tal abanico de posibilidades creativas, que muchas veces, y a pesar de tener una mentalidad abierta, lo que observo en ellos me deja perplejo, por no decir absorto.
En esta ocasión visité el MOCAK de Cracovia, ubicado en las antiguas instalaciones de la fábrica de Schindler, salvador de judíos durante el holocausto nazi. El entorno tiene mucho encanto. El museo ofrece exposiciones permanentes y además en la ocasión en que yo lo visité había una retrospectiva de artistas polacos nacidos entre 1970-1979 que es justamente la década en la que yo nací, de modo que pensé que me sentiría identificado de algún modo con la iconografía y la representación del arte de sus creadores.

La exposición temporal incluía videocreación, pintura abstracta en formato 2x2 m, sonorocreación, instalaciones interactivas con el espectador, como un robot-fotógrafo que escaneaba los gestos de tu cara cuando observabas la obra y luego imprimía una foto de la misma y te la escupía, deconstrucción creativa (lienzos destrozados por su artista), creación sonora y musical, escultura geométrica y arte multimedia y mucha fotografía.

Nos ofrecía también una pequeña reproducción de la Factory de Warhol a modo de escenario de la obra que se ha representado durante años en Polonia sobre la factoría más plateada de la historia y en el que se podía interactuar, sentarte en el tocador y mirarte, escuchar a Warhol, sentarte en su taza de váter plateada…
Destaco de la retrospectiva a la artista a M. Wasilewska con su obra Wonderland, en la que te introduces en una pequeña habitación naranja en la que tienes la sensación de flotar, de entrar en un espacio sin dimensiones, sin techo ni suelo ni paredes. 


Las luces de neón generan la luz naranja que deconstruye el espacio y simula un no espacio. Impresionante.











También el cubo-todo, una construcción en la que su artista ha ubicado todos los objetos y utensilios que han formado parte de su vida y que le han influido y conducido a ser lo que es. Una obra muy congruente con la que estoy muy de acuerdo.



El museo incluye una obra de Ali Wei wei – Oil spills (2006) construida en cerámica muy real, como un pensamiento líquido.



El Mocak es sin duda un museo al que volveré cuando haya una nueva exposición temporal porque ofrece calidad, versatilidad y singularidad en un escenario único.








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